Ingrid Pelicori habla con la pausa propia de la tranquilidad. Esa pausa, sin embargo, se irá desvaneciendo cuando el tema a explicar le resulte más o menos visceral. A mucha distancia, incluso, se percibe su amor incondicional al teatro y a casi todo lo que lo constituye. Participó en más de treinta obras. Es, además de actriz, psicóloga, egresada de la Universidad de Buenos Aires y traductora. Sus palabras fluyen casi a la par de sus razonamientos, vuelve a los temas de fondo todo el tiempo y no se pierde de la pregunta en cuestión.
Carlota, sin embargo, deambula con sus tragedias, va y viene, busca, pero poco encuentra. Es ilusa y demostrativa. “Es un personaje tan frágil, vulnerable y tan lleno de amor que no sabe donde ponerlo porque, además, ella ahoga a la gente. Pero este personaje muestra al mundo cómo es. Es un mundo muy poco receptivo a lo sensible, es un mundo duro, egoísta, con poca piedad, con poca compasión. Es una critica a nuestro mundo, a nuestra sociedad”, explica Pelicori sobre Carlota, la mujer que encarna en la obra “Grande y pequeño”, de Botho Strauss y que protagoniza junto a Horacio Roca.
Carlota parece un personaje particular, pero no lo es. Es decir, pueden encontrarse muchas mujeres con esas características.... ¿Qué piensa al respecto?
Sí. Con el público nos viene pasando mucho. Te dicen “soy yo, soy yo...” O te dicen: “Soy yo en una época” o “es mi tía”. Es que hay algo reconocible, pero hay algo reconocible a nivel universal. Esa necesidad de amor tan enorme que no se puede colmar. Ese huir de la soledad de una manera tan graciosa, patética y conmovedora a la vez es reconocible. La soledad es parte de nuestra condición. Todos queremos no estar solos y todos estamos solos. En este sentido, este personaje lo lleva como a un colmo, pero en ese colmo hay una verdad profunda de todas las personas...
¿Qué opinión le merece la dramaturgia de “Grande y pequeño”?
Es una obra que a mí me entusiasmó mucho por eso nos embarcamos en hacerla, de encontrarle una manera para hacerla porque en realidad la obra tiene muchos personajes y una protagonista. La protagonista sí, es el personaje que hago yo, los otros personajes en esta puesta están realizados por un solo actor que es Horacio Roca. Con el director Manolo Iedvabni se resolvió hacer todo con un único actor. Es, a la vez, un maestro de ceremonia, donde él mismo va creando los distintos espacios escénicos. Botho Strauss es un autor muy importante en Alemania, de los dramaturgos vivos, es, quizás, el más reconocido, se lo representa mucho en Alemania y en toda Europa. Por alguna extraña razón en Buenos Aires se lo ha conocido muy poco. Solamente se hizo antes una sola obra de él que se llamaba “El tiempo y la habitación” que también la dirigió Manuel Iedvabni. Es un autor muy importante, un gran autor que toca los grandes temas de la condición humana con gran profundidad, con gran humor, con ternura y mucha poesía. Además son personajes que para los actores es un placer poder realizar
Junto a Manuel Iedvabni participó ya en dos puestas: “Conversación en la casa Stein sobre el ausente Sr. Von Goethe”, de Peter Hacks y “La buena persona de Se-Chuan”, de Bertolt Brecht. “Con Manolo nos une una relación muy linda, hemos trabajado mucho y somos amigos. Él cree mucho en el actor, lo estimula y además sabe lo que quiere del
espectáculo, lo que quiere decir y lo que quiere provocar”, reflexiona quien con los años se encaminó como una de las mejores actrices a nivel nacional.
“Grande y pequeño” es difícil de clasificar. Se mezclan allí cuestiones existenciales y humoradas. La obra del alemán Botho Strauss provoca conforme a características propias de la comedia y del drama unidas, ensambladas con cuidado a veces y sin tanto reparo en otras. Ingrid Pelicori dice que “corresponde a la nueva dramaturgia en la que las cosas no son tan claras. La comedia, la tragedia, el drama. En esta hay humor, pero también hay un derrotero que también es conmovedor. Alguien que es una perdedora que va por la vida buscando el sentido, que no lo encuentra y, poco a poco, va enloqueciendo. O sea, también es duro, también habla de un mundo muy individualista, egoísta. Es una obra que tiene muchas resonancias, por muchos lugares y temas profundos, temas importantes de la condición humana.
¿Considera usted que el teatro es un espacio donde la critica al capitalismo y sus procesos de individualización son más firmes?
El teatro es un lugar de resistencia. Resistencia a ciertas cosas del capitalismo, por ejemplo, desinterés económico, más allá que exista un negocio en el teatro. Esta enorme cartelera de la que estamos orgullosos de Buenos Aires, muchas veces significa muy poca rentabilidad para las personas que lo hacen. A parte de eso, el teatro es un lugar de encuentro entre las personas, es un lugar donde con poco se puede producir, a veces, no hace falta una gran producción para hacer algo de calidad y donde este encuentro entre los humanos se produzca. El hecho teatral es una reunión entre personas donde todas juntas se ríen, llorar y celebran a la condición humana y eso, de por sí es una resistencia al capitalismo.
Si Ingrid Pelicori tendría que elegir una frase de la obra, aquélla que más la conmovió o mas la hizo pensar, optaría por: “Desde que conozco la preocupación no necesito ilusiones ni alegrías, la preocupación es capaz de llenar totalmente al hombre, la alegría nunca podrá conseguirlo...”
Lucas Frioli
Ingrid pelicori es una de las mejores actrices del país, sin dudas. en esta obra y en dejala sangrar, cumple papeles excelentes... muy buena la nota
ResponderEliminarsorteen entradas che...!!!!
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