HUMOR,
POEMAS Y PENSAMIENTOS
Walter Godoy está presentando su libro Luchemos
por la ida, donde sus poemas se basan en cuestiones cotidianas con humor, el
escritor nacido en Morón nos contó cómo se acercó a la literatura.
“LA
POESÍA NO ME SALVARÁ / LA POLICÍA NO VENDRÁ POR MÍ / TENGO EN MI PECHO / UNA
PROCESIÓN DE MILES DE PIES GASTADOS / UNA IGLESIA INCENDIADA / EL ODIO DE LAS
PAREDES DERRIBADAS DE MI SANGRE / UNA VOZ PROFUNDA QUE ME ESPERA”.
Esta poema pertenece al libro Luchemos por la
ida de Walter Godoy que ya Publicó
las plaquettes, Los proselitistas del rock, y El
mercado de la carne, Formó parte de la antología 2017 Nueva poesía contemporánea Tomo 1 de Milena
Caserola y Nulú Bonsai,. Participó de la colección de libros del Slam! de
poesía oral Argentina en 2012. También participó de la colección de plaquettes
de Difusión A/terna Ediciones en 2013 con Auto lobby. En 2014 participó de la
Antología Rayo Verde, a cargo de Osvaldo Bossi. En 2015 publicó por Subpoesía
la plaquette Cómo matar al Papa en 3 días. Además publicó notas en la revista Canícula.
En charla con Baldosas Flojas el
poeta nos contó sobre su acercamiento a la escritura “ mi primer éxito de escritor fue en tercer grado
cuando realice unas loas a la escarapela, más allá de los elogios de la maestra y a de la directora, esa anécdota de
muy oreja, sentí el placer de escribir, siempre leyendo, algunos
compañeros apreciaban los cuentos que
iba escribiendo , me gustaba mucho los cuentos de viajes pero en el 2003 casi por error me volqué a la poesía cuando
una banda de punk melódico de mi barrio me pidió que les escribiera las letras y ahí me acerque a la poesía que
me tiene atrapado hasta hoy”
Si bien Luchemos
por la ida (Milena caserola, 2016) de Walter Godoy es un libro
tradicional de poesía donde predomina la palabra escrita, también se lo puede
considerar una suerte de libro objeto. No en el sentido de que tenga fotos,
ilustraciones o extras que exceden a cualquier poemario impreso, sino por que
su poemario termina siendo un objeto que atrae a los curiosos de la poesía y
les propone un recorrido (no tan) guiado por el género.
En ese sentido, Godoy explora las flexibilidades que
la poesía tiene para ofrecer. Hay un collage de propuestas del que el lector
primero tiene que tomar distancia para ver en su totalidad pero del cual querrá
acercarse inmediatamente para ver en profundidad los detalles. El humor, la
ironía, la narrativa de la vida cotidiana, publicidades antiguas, amores
reciclados, son algunas de las imágenes que componen este libro.
Un ejemplo cabal de eso son los poemas (re)construidos
a partir de publicidades antiguas. Ahí, Godoy muestra como la distancia con los
sucedido ayuda a vislumbrar la fuerza poética que viene envasada en las cosas.
Esa habilidad la va a desarrollar no solo en objetos inertes como las
publicidades antiguas, sino en sensaciones tan vivas como una ex relación
sentimental con una mujer que decidió volverse policía.
Otro aspecto a destacar es que el autor de Luchemos por la ida parece
moverse como pez en el agua dentro de un terreno donde los límites son confusos
y todo puede llegar a pasar. A veces con un tono lírico, otras con una voz
coloquial, Godoy no se casa con ningún estilo y logra una voz propia donde el
híbrido es el rasgo distintivo.
Luchemos por la ida le
aporta a la poesía contemporánea un aire desfachatado que si bien pareciera que
abunda, termina siendo más premeditado que otra cosa, por lo que la potencia de
muchos poemas se termina diluyendo. Ese no es el caso de Godoy, que logra
cautivar con su juego personal . Quizás la explicación de eso se encuentre de
la misma forma que en uno de los poemas reconstruidos por el autor, donde
“los salamines tandileros
wilson/-Realmente exquisitos-/inspiran absoluta confianza/ por la bondad de sus
ingredientes”.
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