Los circos fueron espectáculos que marcaron a fuego a muchas generaciones. Se instalaban carpas enormes en los barrios y hacían reír a chicos y grandes con payasos, malabaristas, música y algunos animales, más los clásicos números especiales, como el hombre bala y la mujer barbuda...
La obra Desilusiones de Putas y Payasos cuenta la historia de un circo que intenta mantenerse pero no consigue espectadores. Para sorprender se le ocurre transformarlo en un lugar donde están las putas y los payasos haciendo lo que supuestamente divierte a la sociedad: el humor chabacano.
Con la idea de mantener de pie al circo, las personas intentan que este no desaparezca, pero ello implica tolerar el exceso de autoridad por parte del dueño.
Con más de 20 artistas en escena y musicales imperdibles, Desilusiones... es un espectáculo que sirve para investigar sobre los porqués de la muerte del arte circense tradicional.
Después de la función, el director de la obra, Nicolás Pérez Costa contó cómo se le ocurrió hacer un musical con humor, acrobacia y momentos de dramatismo: “Las creaciones suceden por diversas circunstancias creo yo, algunas a pedido... otras son impulsos, otras desahogos. Desilusiones de Putas y Payasos es una necesidad de contar algo que veo en el día a día, en el día a día hay humor, hay dramatismo, cierto es que no hay acrobacia, pero el marco de la obra lo exigía y fue muy bien bienvenido”
El circo para muchas generaciones representa diversión y cierta bohemia... ¿Qué representa para vos?
Para mi representa nostalgia ante todas las cosas. Mi abuelo me llevaba al circo cuando era chico. Un elefante inmenso, un calidoscopio con nuestra foto dentro... un tiempo con él. Mirar para atrás y recordar un circo, me representa mirar hacia la tradición, las familias sosteniendo una carpa, un oficio. Valores comunes, cosas que se van perdiendo
¿Por qué crees que se perdió el circo como tal?
Ayer pasé por una calesita, en la que no había un sólo chico y me acordaba de mi infancia, nada me gustaba más que subirme al caballo de la calesita... Pero también veo que mi ahijada tiene su cabeza en una computadora, no lo veo mal. Quizás es parte. Cuando niño, mis abuelos me cuestionaban que no jugara a la payana o al yo yo. También el entretenimiento cambia, por supuesto no puedo dejar de responsabilizar con humildad a la televisión, al elemento, a lo que hizo de nosotros, al consumismo que genera. Los chicos quieren ver en el teatro (o en el circo) a los que ven a diario en la tele.
¿Cómo fue y cuánto tiempo te llevó la puesta a punto de la obra?
Te diría que un par de meses de trabajo con este elenco, pero creo que fueron seis años de maduración de una idea.
¿Qué tan importante es la música en la obra y en tu vida personal?
La música en todas mis obras es fundamental, es la mitad de todo. Nacho Medina la compone. Ya nuestras obras hace tiempo que las firmamos ambos sin separar debajo del titulo si uno hace música y el otro letras. Es parte de un todo, imprescindible. En mi vida la música está por momentos, amo también el silencio, paso también muchas horas trabajando con música, no me cansa, pero necesito contraste.
¿Hacer este tipo de obra te relaja más que una con más “popularidad”?
No, trabajar en general no me relaja, me inquieta. Las cosas más populares, tienen otros ritmos, otros tiempos. Quizás menos investigación, pero yo no me puedo quejar. Los elencos que me tocaron dirigir el año pasado se me entregaron en un cien por ciento y aprendí mucho de actores como Gonzalo Urtizberea, Norma Pons, Ana Acosta, entre otros. Es un placer verlos trabajar, se aprende mucho de ellos
¿Cómo ves el teatro que se hace en la Argentina? ¿Crees que la gente se engancha en algunos momentos o siempre está la posibilidad de ir al teatro? En Argentina se hace mucho teatro, siempre agradezco porque siento que nací en el lugar indicado del mundo. Es un problema lamentablemente económico el que nos azota. Mucha gente no puede ver cuatro espectáculos por mes, no duda que si pudieran lo harían.
¿El teatro es el arte más completo teniendo en cuenta que participan todos los sentidos?
No lo sé, a esta altura todas las expresiones artísticas se han tornado muy completas. Un recital ya no es sólo para oír, ni las exposiciones (ahora llamadas instalaciones) sólo para ver. La línea que divide las artes es cada vez más delgada, mas endeble. Eso me parece maravilloso.
¿Se puede cambiar la conciencia o el punto de vista de una persona a través de una obra?
Por supuesto que sí. Por eso trabajo, yo creo en el arte como un espacio de resistencia, de critica. No me gusta el teatro cuando se torna pedagógico, pero si cuando instala un punto de vista sin tratar de convencerte de nada. "Acá está lo que pienso, ahora sacá vos tus propias conclusiones" "Desilusiones de Putas y payasos" apunta a eso, apuntaba en su momento "Juicio a lo Natural" que hablaba sobre la homosexualidad, es impresionante pero sigo encontrando gente que me dice que la vio en un proceso de transición y lo ayudo a no sufrir tanto mientras se asumía, o chicos que llevaban a sus padres al teatro para explicarles lo que sentían. Ese es el teatro que construye, esa es la cultura que necesitamos, sin perder la risa. También es fundamental para salir adelante. Yo creo en el teatro, en el arte, porque sigue vivo después de miles de años. Y acá estamos, tratando de sumarle algo a su historia.
Desilusiones - De putas y payasos se puede ver todos los martes a las 21 30 hs en El Cubo. Zelaya 3053. Abasto Ciudad de Buenos Aires.
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