lunes, 4 de mayo de 2015

TEATRO: REPARTO A DOMICILIO

PARA VALORAR LA VIDA

La obra Reparto a Domicilio que sale al escenario los sábados a las 21hs en el Espacio Tole Tole, Pasteur 683, trata el tema de la muerte de una manera muy especial, su director, Martín Marcou, dialogó con Baldosas Flojas sobre la temática, la puesta en escena, la elección de los actores y la importancia del público.

Lo indefensos que estamos frente a la realidad de la vida. Las malas pasadas que en un instante nos puede jugar la existencia. La muerte está presente y aparece de improviso, los que la desconocen le temen y los que la han conocido bailan casi sin sentimiento, como niños. En la obra Reparto a Domicilio que sale a escena los sábados a las 21hs en el Espacio Tole Tole, Pasteur 683, la muerte canta y nos hace reflexionar sobre la vida. Su director, Martín Marcou, dialogó con Baldosas Flojas cómo se le ocurrió la temática, la importancia del público, la elección de los actores y sus pretensiones teatrales.
¿Cómo se le ocurrió la obra?
La temática es universal. Y en lo personal  siempre es un tópico que ronda mis obras. Es un tema complejo, por lo cual estaba esperando para poder abordarlo de lleno para no quedar a mitad de camino. No quería hablar superficialmente sobre una cuestión tan honda y estructural, pero tampoco quería ser solemne. La obra apareció cuando comenzó a morir gente a mi alrededor. En el 2013 viví una seguidilla de desapariciones físicas de seres queridos en un tiempo corto. Sin necesidad de hacer catarsis, pero con el deseo de sublimar un poco el dolor, escribí la pieza que resulta muy esperanzadora.
¿Teniendo en cuenta la muerte se puede valorar y aprender de la vida?
Son las dos caras de la existencia. Solo muere aquel que ha vivido. Esa idea me parece sustanciosa. La muerte de los que están cerca tuyo y la de los demás te enseña sobre tu propia muerte. Y claro, sobre la vida, es inexorable e indisoluble esta unión. Valorar la vida, después de sentir la muerte cerca, depende en realidad del modo en el que te pares frente a esa idea. Nunca se está preparado para la muerte, ni la propia, ni la ajena. Eso es solo una posición. Podes leer mucho sobre el tema, hablar de la muerte en el ámbito que se te ocurra, tratar de entenderla desde el lugar que quieras o puedas, pero es una experiencia a transitar que es intransferible.
¿Hay una sensación que en un segundo la vida puede modificarse?
Si. Más que una sensación es una certeza. Lo que sucede es que no podemos parar todo el tiempo para llevar al plano consciente esa idea, porque está el cotidiano y simplemente hay que seguir viviendo y están además las cosas ordinarias del día a día y las circunstancias que vamos creando, que nos hacen ir por el camino que nos trazamos, sin pensar todo el tiempo en que algo podemos perder o que algo sucederá que podrá contra todas nuestras voluntades. Me parece bien, sino sería imposible sostener la existencia. El vacío es muy grande. El hastío es muy irreverente y nos deja sin razones muchas veces. Siento que el hombre es muy creativo en ese sentido y se crea todo el tiempo sentidos y objetivos nuevos para seguir vivo. Pura creatividad, aún en todas sus tragedias y calamidades.
¿Hay que hablar de la muerte, tenerla en cuenta o tomarla como algo natural que nos llevara a “otro” lugar?
Si, de la muerte hay que hablar, porque es parte de la vida. Porque hablar de la muerte te vuelve sabio, te hace encontrar respuestas adentro tuyo para vivir mejor. En ese sentido la filosofía budista es nodal y tiene preceptos muy claros e interesantes. No la niega, como no niega la vejez, ni las enfermedades. Eso hace la existencia más soportable, más nítida, más llevadera. La muerte es tan hermosa como la vida, el tema es que nadie se quiere morir, pero a todos nos llegará ese momento. Esa es la gran paradoja de todo esto. Lo ha sido siempre. Y se ha hablado muchas veces sobre la muerte y de tantas maneras en toda la historia del ser humano que pensarlo fríamente es apabullante. Sucede que internalizar la idea es terrible para mucha gente. Para otra, depende de su cultura y el lugar del mundo donde viva, significará otra cosa. Mientras yo escribo esto, miles de personas en el todo el globo terráqueo está muriendo, de todas las maneras y formas habidas y por haber. Eso es la vida.
¿Cómo fue la elección de actores y la puesta en escena?
A algunos de los actores los conocía de otros espectáculos en los que habían trabajado conmigo y simplemente los convoqué y aceptaron gustosos. Cuatro de ellos trabajan conmigo por primera vez. Los chicos iniciaron el proceso de ensayos cuando yo estaba en pleno duelo. Fue complejo, tuvimos momentos difíciles, pero los actores estuvieron a la altura. Hubo un momento que había demasiada jocosidad en los ensayos, mucha risa, como si inconscientemente quisieran distanciar el tema, no dejarse atravesar, entonces no lograban concentrarse y yo me desesperaba. Hacían chistes en medio de las escenas, hablaban entre ellos, se dispersaban. Finalmente logramos atravesar ese tiempo y salimos adelante.
A eso hubo que sumarle que estábamos estrenando espacio, una sala que está dando sus primeros pasos. La ventaja en ese sentido es pudimos ensayar mucho en el lugar. Eso ayudó a que yo pueda ir probando movimientos y vaya haciendo muchos cambios. Estoy muy contento con el resultado.
¿Se está atento a la opinión del público y a modificar algo de la obra de acuerdo a eso?
El público es un actor más de la propuesta. Yo lo tengo en cuenta siempre en todo lo que hago, nunca queda afuera. No soy de esos que piensa que hay que hacer lo que uno quiere y siente y que el público se cague o me da igual. No trabajo para el público, trabajo con el público que es otra mirada sobre el encuentro y aprendo mucho de la energía que emana, del amor inconmensurable con el que se acerca a la sala, del aplauso y del modo fervoroso en que se expresa cuando siente cosas con lo que está viendo. Al espectador le pasa cosas y eso es impagable.
 Si tuviera que comparar la obra con una comida, un jugador de fútbol, un lugar, un color, una película, un actriz, etc ¿Con que lo haría?
La obra es como esos momentos en los que uno por elección o circunstancia se mete en algún lugar a comer y hay muchas mesas a tu alrededor repletas de gente y de pronto te das cuenta que estás ahí solo con tu cabeza, comiendo y viendo como acontece la vida y casi sin pensarlo te das cuenta que algún día no vas a estar más... y entonces salís del restaurante, caminas por la calle, respiras hondo, intuís la inmensidad de la existencia y pensás que está buenísimo estar vivo, que está genial que este sea el tiempo que te tocó y que vas a hacer todo lo posible para pasarla lo mejor que puedas.
¿Cree que a través de una obra se puede generar consciencia o mostrar otra forma de vida?
No. Mi única pretensión es que la gente disfrute de ese momento donde el teatro acontece, donde se produce el encuentro entre mi obra y sus vidas. Lo único que deseo es que les llegue todo el amor y la pasión con la que fue realizado mi trabajo. Con eso estoy hecho.

 REPARTO A DOMIILIO SE PUEDE VER LOS SÁBADOS A LAS 21HS EN EL ESPACIO TOLE TOLE, PASTEUR 683.

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