La Vela
Puerca presentó su nuevo disco en vivo
en GEBA y demostró una vez más que en sus shows no hay forma de no conmoverse,
bailar, pogear y sentirse libre.
Trenes, pasto, un poco de viento, tierra, tribunas y arcos de rugby acompañaban el paisaje; la noche comenzaba a mostrar su garras y la banda uruguaya salía al escenario a demostrar su capacidad de cautivar a su público y regalarle un recital de más de dos horas y media, dejando el cuerpo, la mente y el alma en estado de estasis, alegría, satisfacción y de libertad.
El plan era
tocar todos los temas de su nueva placa Piel Y Hueso, por eso los primeros
temas fueron los movidos de este disco y lo mecharon con los de los discos
anteriores; casi de un sacudón se terminó la primer parte, donde la gente se
fue prendiendo hasta no parar de agitar. Subieron al escenario el productor del
disco, Rodrigo Gomez, el cantante de La chancha entre otros grandes artista
uruguayos que participaron del mismo.
Posteriormente
vino el set acústico donde sus cantantes estaban sentados con sus guitarras y
fueron mostrando esos temas que hacen reflexionar sobre el amor, la amistad y
la existencia misma, en uno de los temas Cebolla presenta a una chica alemana
para hacer los coros, ante el murmullo y
silbidos por su figura, tuvo que calmar las aguas y afirmar que el novio estaba
arriba del escenario. Al terminar el propio Enano tuvo que decir una frase que lo delató “estoy comiendo bien”.
Además de
los temas tranquilos de Piel y Hueso también aparecieron los conocidos, para
cerrar con Mi Semilla, donde se escuchó bien fuerte pa`fumar.
Al regreso
de un pequeño impass, volvieron los temas con energía y se completó de tocar
todo el nuevo disco; también se escucharon los temas que no pueden faltar en
los shows de la Vela como “El Viejo” y “Jóse Sabía” y la gente lo festejó
bailando y no parando de mover.
Los trenes
ya casi no pasaban, el pasto empezaba a oler maravillosamente por el rocío, el
viento estaba pero no se sentía por el calor que bajó del escenario y los pies
que se movieron con ganas y en los arcos donde pasa una pelota por el medio a
una cierta altura, se escuchaban aun los cantos que se convertían en sueños y
en libertad aunque sea por un rato.
La vela
pasó una vez más por Buenos Aires, GEBA fue el escenario esta vez y la
sensación será una noche para recordar siempre con la piel y los huesos.
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