Nora Mouriño, integrante del grupo de teatro Catalinas Sur, charló con BALDOSAS FLOJAS sobre la obra El Fulgor Argentino, representación que se desarrolla desde hace doce años y explica, con la particular mirada de un club de barrio, la historia argentina desde 1930.
“El grupo Catalinas Sur nace en 1983, con la vuelta de la democracia, con toda esa necesidad de recuperar el espacio público. Y nace en la plaza del barrio, que es la plaza Catalinas Sur, que está en La Boca. Como motor (por eso la obra El Fulgor Argentino es tan importante) está el tema de la memoria. Nosotros creemos que la memoria es indispensable para seguir construyendo hacia delante”, informa enseguida Nora Mouriño, integrante del grupo de teatro Catalinas Sur y asistente de dirección de la obra “El Fulgor Argentino”, una pieza que repasa la historia del país desde 1930, con el golpe militar encabezado por Uriburu que pondría fin el ciclo de Irigoyen, y termina en un imaginario 2030. ¿Argentina en 2030? El final, del que despegan al mismo tiempo, un halo de tristeza y esperanza, es producto de un proceder distinto que surge de las antiguas veladas bailables. Esa escenografía guiará a más de cien actores e irá cambiando de acuerdo al grado de violencia impuesto desde el estado. Nora Mouriño, explica que decidieron hacer El Fulgor Argentino “allá por 1998 y ya lleva 12 años en cartel, a sala llena. El Fulgor... cuenta la historia argentina desde 1930, pero a través de un club de baile, entonces la historia pasa a través del paso doble, el tango, el rock, la cumbia, pero esto se va interrumpiendo con los golpes militares. La obra termina en un 2030 donde parece que se destruye todo. Cuando empezamos, en 1998, el 2030, parecía muy lejano, pero hoy está ahí...”
Ustedes como grupo artístico tuvieron una participación activa durante la crisis de 2001. ¿Por qué tanta gente se vuelca al teatro y al arte en momentos sumamente críticos desde lo social, lo cultural, lo económico, etcétera...?
El Grupo Catalinas nace con la vuelta de la democracia, un momento bisagra de nuestra historia, con la posibilidad de volver a decir, de volver a repensar la historia. En el 2001, el Grupo Catalinas junto a otro grupo de teatro comunitario, el Circuito Cultural Barracas, lograron masificar la experiencia, a través de lo que sucedía con las asambleas populares. La gente buscó en los teatros comunitarios la posibilidad de contarle a otros vecinos lo que les estaba pasando. Esta experiencia se multiplicó y en la actualidad hay más de 38 grupos de teatro comunitario funcionando en Capital Federal, en Gran Buenos Aires y en algunas provincias.
¿Creen en el arte como forma de transformación?
Creo que sí. El arte transforma. No solo transforma a los que participan del espectáculo porque les demuestra que no todo está perdido. Nosotros estamos en contra del miedo, de la inseguridad y de la frase: “metete en tu casa y no salgas”. Nosotros hablamos de estar juntos, de recuperar el espacio público. Y aquellos que vienen a ver El Fulgor Argentino ve un grupo de personas que se juntan a hacer teatro y encuentran una manera diferente de relacionarse, no solo desde el miedo y desde la individualidad. Después, cada uno hará lo que tenga que hacer con su realidad.
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