En un Inédito lugar para un recital de rock, el Kónex abrió sus puertas desde tempranito para que la gente de El Bordo hiciera de las suyas.
Para que la banda despliegue su show a todo trapo, y para que los trapos de las bandas bordolinas desplieguen su colorido.
Colorido que no se opacó ni siquiera por el hecho de haber quedado afuera por falta de entradas, o por la, hoy en día, inevitable falta de plata.
El show arrancó alrededor de las 21, con Ale (cantante) cantando, casi a capella, el estribillo de “Soñando despierto” (tema de su último disco “Yacanto”, 2007).
A partir de ahí, el ritmo, la música y la fuerza de la banda no cesaron nunca. Ale nunca más en la tarde cantaría una canción (ni un fragmento) a capella, lo bordolinos presentes le prestarían su a voz a todas las melodías y letras que salieran por los micrófonos.
Canciones como “A mi favor”, "No Quiero", “Donde voy”, “Te devoran”, “Volando”, “Puerto escondido”, son solo ejemplos de la furia del repertorio musical del show. Así como también paso el momento emotivo con “Guitarra y canción” a Korneta Suarez.
Resumiendo: una lista de 26 temas, más de 2 hs de recital, que solo se calmó cuando, a mitad de concierto, comenzó a sonar la versión acústica de “El Silencio del Caos Infernal” (otro tema de su último disco), que mostró a Ale con una guitarra acústica y a Pablo Spivak (su bajista) en el teclado. Luego seguiría “la banda”, para que la gente disfrute con su tema.
Y pegado a eso se le escucharía cantar a la gente: “Y dale, y dale, dale El Bordo”, mientras sonaba el riff de “El Grito”.
Y se vendría el primer cierre del recital con “La Patada”, del disco “En la vereda de enfrente” (2006). Pero nadie se movería de sus lugares.
La cosa arrancaría de vuelta con “Volviendo en el Sol”, de su 2° disco (Un Grito en el Viento, 2004) y cerraría la primera tandita de bises con “El Regreso”, primer corte de su último disco.
La segunda y última tanda contaría con el “Mono” de Kapanga como invitado, que ayudaría a cantar “Matanga”, seguiría “En la vereda” (“En la vereda de enfrente”) y vendría el cierre definitivo a todo trapo con “Los Perdidos”, en donde la gente mostró toda su emoción y todo su repertorio. Afuera la banda bordolina, agolpada en la vereda frente al Konex, cortaba la calle mientras saltaba, desplegaba banderas y cantaba al compás de la canción. Adentro se sintió el temblar del piso, al ritmo de los saltos locos del público.
Final del show, ya eran las 23:30, la Luna había inundado la ciudad, sin que ninguno de los presentes se haya dado cuenta, pasó que tanta furia y rockanroll, hicieron que se pierda noción del tiempo.
Bruno Suarez
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