miércoles, 8 de febrero de 2012

Chau… Flaco …Gracias… Spinetta. Y la p..ta madre


Falleció uno de los mejores músicos de la república Argentina a causa de cáncer de pulmón. El flaco tenía 62 años y formó las bandas más importantes del país como Almendra, Pescado Rabioso y los Socios del Desierto. Nunca se lo olvidará y su música seguirá vigente por siempre.

Cómo siempre pasa te acercan la música y uno la escucha, si te gusta es parte de tu vida, si no, seguirá de largo; ya de adolescente conocía Almendra pero cuando escuché Pescado Rabioso, entendí que eso era Rock, que las bandas que vinieron después tenían su esencia les guste o no, hayan escuchado o no a David Lebon en bajo, Black Amaya en batería y Carlos Cutaia en teclados.
De ahí en más seguí la carrera del flaco, fui entendiendo de a poco los temas más tranquilos, con el tiempo me entraron a pesar de mi adolescencia rockera. Hubo una época que la canción “Toda la vida tiene música” era mi canción de cabecera.
Fui creciendo, sin dejar de ir a ver a Spinetta cada vez que podía, festivales, teatros, plazas,  comprando sus discos, solistas y con el power  trio que lo llamó Los Socios del Desierto compuesto por Daniel Wirtz  en Batería y Marcelo Torres en bajo, para después ir acentuando sus temas más tranquilos sin olvidarse del rock.
Al recibirme de periodista, el sueño era hacerle una nota y casi sin pensarlo, en el recital a beneficio de la tragedia de la escuela Ecos, en el Microestadio de Argentinos, cubriéndolo para Baldosas Flojas, me lo encontré y le hice algunas preguntas, aunque al ser consultado sobre lo que sería su show de Vélez no quiso responder, bien a su estilo.
El 4 de diciembre de 2009, vi un recital increíble en la cancha de Vélez donde el flaco mostró sus 40 años de música con todos los músicos  que lo acompañaron en su carrera, demostrando su vigencia; ese show arrancó a las 22hs y termino a la 4 de la mañana, algo impensado para un estadio al aire libre y casi sin parar, nada más para cambiar de época.
Hoy uno se entera de la noticia que nunca quería escuchar, falleció la persona que, a pesar de la edad que tenía él (62) y yo (33) crecíamos juntos, uno aprendía, reflexionaba y analizaba la vida con él.
Simplemente gracias, me enseñaste que la música todo lo puede, desde enamorar hasta levantarme en los momentos de tristeza o simplemente enseñarme a pensar.
Siempre estarán tus temas, tus frases, tu poesía, tu estilo, en el aire y en cada minuto de nuestra vida, en nuestros oídos y en nuestra memoria para siempre.     

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