Falleció uno de los mejores
músicos de la república Argentina a causa de cáncer de pulmón. El flaco tenía
62 años y formó las bandas más importantes del país como Almendra, Pescado
Rabioso y los Socios del Desierto. Nunca se lo olvidará y su música seguirá
vigente por siempre.
Cómo siempre pasa te acercan la
música y uno la escucha, si te gusta es parte de tu vida, si no, seguirá de
largo; ya de adolescente conocía Almendra pero cuando escuché Pescado Rabioso,
entendí que eso era Rock, que las bandas que vinieron después tenían su esencia
les guste o no, hayan escuchado o no a David Lebon en bajo, Black Amaya en
batería y Carlos Cutaia en teclados.
De ahí en más seguí la carrera
del flaco, fui entendiendo de a poco los temas más tranquilos, con el tiempo me
entraron a pesar de mi adolescencia rockera. Hubo una época que la canción “Toda
la vida tiene música” era mi canción de cabecera.
Fui creciendo, sin dejar de ir
a ver a Spinetta cada vez que podía, festivales, teatros, plazas, comprando sus discos, solistas y con el power trio que lo llamó Los Socios del Desierto
compuesto por Daniel Wirtz en Batería y
Marcelo Torres en bajo, para después ir acentuando sus temas más tranquilos sin
olvidarse del rock.
Al recibirme de periodista, el
sueño era hacerle una nota y casi sin pensarlo, en el recital a beneficio de la
tragedia de la escuela Ecos, en el Microestadio de Argentinos, cubriéndolo para
Baldosas Flojas, me lo encontré y le hice algunas preguntas, aunque al ser
consultado sobre lo que sería su show de Vélez no quiso responder, bien a su
estilo.
El 4 de diciembre de 2009, vi
un recital increíble en la cancha de Vélez donde el flaco mostró sus 40 años de
música con todos los músicos que lo
acompañaron en su carrera, demostrando su vigencia; ese show arrancó a las 22hs
y termino a la 4 de la mañana, algo impensado para un estadio al aire libre y
casi sin parar, nada más para cambiar de época.
Hoy uno se entera de la noticia
que nunca quería escuchar, falleció la persona que, a pesar de la edad que
tenía él (62) y yo (33) crecíamos juntos, uno aprendía, reflexionaba y
analizaba la vida con él.
Simplemente gracias, me
enseñaste que la música todo lo puede, desde enamorar hasta levantarme en los
momentos de tristeza o simplemente enseñarme a pensar.
Siempre
estarán tus temas, tus frases, tu poesía, tu estilo, en el aire y en cada
minuto de nuestra vida, en nuestros oídos y en nuestra memoria para siempre.
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