sábado, 5 de marzo de 2011

HISTORIAS DE PELOTA Y OSCURIDAD

Alejandro Fabbri uno de los referentes del periodismo deportivo publico su libro nuevas historias negras del fútbol argentino, por eso habló con Baldosas Flojas aunque no faltaron las palabras sobre la cultura y el deporte más popular del país.


Con las estadísticas como estandarte, las historias como escusas para escribir ,la experiencia para ser creíble y confiable, más el amor por el fútbol y su profesión de periodista Alejandro Fabbri habló con Baldosas Flojas sobre su libro “Nuevas historias negras del fútbol argentino” pero también se hizo hincapié en el juego y como se lo vive en nuestro país.

¿Qué te motivó a empezar el primer libro “Historias negras…”?
Me llevó a contarlo, el convencimiento de que no había bibliografía sobre estos temas, y la gente tiene que saber este tipo de cosas, en el fondo por este pensamiento que uno tiene de que “al fútbol hay que darle menos importancia de la que tiene” y que quizás entendiendo que es un deporte super profesional que con tantas implicancias políticas y económicas hay mucho negocio y mucha cuestión turbia alrededor de él y por eso no hay que tomarlo tan a la tremenda.

¿El enfoque está puesto a aclarar esta cuestión y a hacer referencia a que el fútbol también es una construcción social y es parte del acontecer argentino?

Si por supuesto, en un país que tiene 200 años de existencia y en el que los clubes de fútbol tienen más de cien, evidentemente hay una construcción social. Lo que pasa es que, por diferentes razones, el fútbol ha tomado un espacio y a ocupado un lugar totalmente sobredimensionado, exagerado en la Argentina, como si nos fuera a cambiar la vida. O sea, no solemos entusiasmarnos casi con nada pero lo hacemos con el fútbol como si fuera una cuestión de Estado.

Se puede decir se juega al fútbol como se vive como dice el escritor Eduardo Galeano
La verdad no te puedo dar una contestación clara sobre esa frase que nunca termine de entender.. Te tendría que contestar que en algunos casos si, y en otros nada que ver. Es decir, nosotros hemos tratado de crear una identidad futbolística, pero no la terminamos de construir desde hace ya muchos años, en base del “Como se juega”, sino en que la construimos en cuanto al resultado. Evidentemente acá hay un triunfo muy amplio del resultadismo por encima de cualquier otra cosa. Entonces desde el periodismo, desde el hincha y desde los dirigentes, y desde el mismo grupo de futbolistas y árbitros, aquel que gana tiene la razón y aquel que pierde no la tiene. Es un problema serio que nos ha hecho perder determinadas características que teníamos como “fútbol argentino”. Hoy somos una ensalada de cosas y llegamos al despropósito de que el técnico mismo del seleccionado diga, cuando se le pone un micrófono, que él quiere jugar como España, como si Argentina no hubiéramos tenido identidad futbolística en más de 100 años de historia, mucho más que la de España.

¿Qué rol ocupó el periodismo en la construcción de esto que decías vos, acerca del resultado?
Lo que pasa es que es un tipo de concepción ideológica que no se aplica solamente al fútbol, en los últimos 20 ó 30 años hemos tenido un triunfo muy claro (rotundo, diría) de la concepción individualista en dónde todo se mide en función a la cantidad de bienes o a la cantidad de triunfos económicoso social que uno tenga, entonces eso se ha trasladado al fútbol. En este caso se ha dejado de invertir tiempo, dedicación y calidad en los chicos, lo que pasa en la escuela, no? Es decir, faltan aquellos maestros, aquellos formadores que en realidad se fueron perdiendo porque acá nunca se privilegió sostener, financiar, alimentar con buenos sueldos a los investigadores, a los formadores y eso abarca a los formadores de jugadores de fútbol, a los docentes, a los científicos que se han ido a patadas y que recién ahora con el Plan Raíces, están volviendo. Es un país que se ha preocupado por el resultado en el corto plazo y no en las políticas del largo plazo. Los clubes que se han preocupado por esto último: Velez, Lanús, en menor medida Estudiantes de la Plata, son los que tienen éxito.

¿Cómo se hace para elaborar algún tipo de comparación entre aquellos chicos de 19 ó 20 años que ganan millonadas, y la injusticia de que un trabajador común, quizás no llegue a fin de mes, es posible hacer una comparación de esto y hablar de la sobredimensión del fútbol en cuanto a esto?

No, me parece que no. Me parece que hoy el fútbol es un deporte profesional en donde hay mayor manejo de dinero. Es decir, no tiene sentido compararlo hoy en día, quizás tenía sentido en la década del ´30 o del ´40. Pero con la difusión de la televisión, de la publicidad, de la indumentaria deportiva, no tiene sentido. Por eso, en algún lugar, esta identificación del público adolescente es riesgosa, porque uno dispone de un rato para que su equipo gane y ese resultado puede cambiar el estado de ánimo de la semana. La verdad es que no se puede comparar. Si, a lo mejor, en categorías de ascenso, pero no de Primera División o la B Nacional, o sea lo que ganan los jugadores de fútbol no tiene ni punto de comparación con un obrero.

¿Se podría acercar a la literatura, a través del fútbol que es algo popular y masivo?

Si, pero el fútbol siempre tuvo que ver con la cultura. Es un ejemplo de cultura popular, que ha trascendido en e tiempo y que ha tomado un lugar enorme, pero no solo en la Argentina. El fútbol tiene un atractivo especial que es que lo puede jugar cualquiera, no se necesita ser alto ni bajo, flaco ni gordo, blanco ni negro, ni se necesita de mucho dinero para poder practicarlo. Es un ejemplo de trabajo colectivo, solidario. El equipo más débil, si tiene una buena tarde, le puede ganar al más poderoso. En otros deportes, la lógica de que el mejor gana, se da inexorablemente. Y tiene muchísimo que ver con la cultura popular. Tiene mucho que ver con rivalidades regionales, con rivalidades políticas y económicas en algunos casos. En nuestro país está muy vinculado a la manera de ser en cuanto a esas cositas que tiene el fútbol argentino que son patrimonio del argentino en particular, sobre todo el porteño o el rosarino, que es esto del engaño. No por casualidad el Truco es el juego Nacional de las cartas en Argentina. La Gambeta, es un recursomuy argentino, es “Yo te digo que voy por acá pero en realidad voy por el otro lado”, el orejear las cartas del otro para anticipar lo que va a hacer para desconcertarlo, es muy propio del argentino.
Ahora, de todos modos, somos muy desordenados, muy caóticos, y eso hace que muchas veces desaprovechemos las oportunidades que tenemos. Cuando llega un entrenador o un formador, con otro tipo de mentalidad,
con mucha organización o con mucha dedicación científica diría, nos sorprende absolutamente. Por eso Marcelo Bielsa, es un técnico de otra galaxia para el fútbol argentino, la manera dee ser, de trabajar, tiene poco que ver con la estructura del “lo atamos con alambre” del fútbol argentino.

Alejandro Fabbri escribió El nacimiento de una pasión, historia de los clubes argentinos. Historias negras del fútbol argentino y Nuevas historias negras del fútbol argentino.

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