En tiempos en donde todo es oscuro, parece que la palabra alegría es para pocos o casi nadie en nuestro país, La Brizuela Mendez, en su segundo disco baja línea que no es así, que se puede bailar, cantar, reírse, aplaudir, a pesar de los problemas de toda índole. La banda paralela del cantante de Karamelo Santo, Gody Corominas, ya tiene mas de una década de escenarios y con su mezcla de salsa, merengue, rock, reggae, samba y hip hop van dejando en claro que el mundo hay que disfrutarlo. La voz de la Brizuela Mendez habló con Baldosas Flojas, del segundo disco de la banda, de la composición de los temas y que siente a 35 años del ultimo golpe militar en la argentina
¿Contarnos un poco cómo fue grabar el disco y que se siente tener esta “Feria de la Alegría” en la calle? La verdad que, redundando, se siente una alegría enorme, porque fue un disco muy lindo que nos llevó más de 2 años armarlo. Curiosamente fuimos cambiando de estudio y lo fuimos grabando con un estudio portátil en distintos lugares. O sea que más que un disco es un “documento”, una “experiencia” y nos hemos dado el gusto de compartir canciones y cantos con artistas que admiramos mucho y que son influencia nuestra. Y después de 10 años, sacar el décimo disco de La Brizuela.
¿Cómo fue esa experiencia de grabar con el grabador portátil? Y esa es una de las ventajas de la tecnología, que te permite grabar en 24 bits de alta calidad en cualquier lado. Es decir que si se te ocurre abrir la compu y grabar en el medio del campo, mientras te dure la batería, vas a poder hacer una toma donde quieras. Decidimos con Lucas, nuestro productor, que el disco iba a tener esa característica, como ya de entrada no íbamos poder costear un estudio al nivel que queríamos, entonces le dimos una vuelta más bien de “diario de viaje”
Y ya que decís “diario de viaje”, en cuánto a las letras, ¿cómo fue el tema de la composición? Lo que a nivel composición, los temas ya los veníamos tocando hace rato con La Brizuela, ya habían pasado por distintas formaciones, y luego de haberlos grabado hicimos una post producción, que no es algo que se hace normalmente para un disco. Ahí decidimos darle un nuevo aire a todos los temas, y darnos el lujo de poner un invitado por tema (casi todos los temas tiene un invitado), y le cambiamos un poco la película al disco, y fe bastante de laboratorio en ese aspecto.
¿Qué se siente al ver a la gente abajo del escenario, que se identifica con los temas, que baila, que se contagie de la adrenalina que se vive arriba? Se siente muy lindo, es una celebración. Nosotros cuando nos subimos a tocar, llega un momento en que nos transformamos en personajes que son parte de La Brizuela, y la gente se prende y terminan bailando, se han armado terribles bailes un lunes a la noche en lugares en los que no se podía bailar. Y la verdad que eso es lo que está bueno, que sea bastante liberadora y que la gente cuando menos lo quiere pensar ya está bailando.
A 35 años del Golpe Militar. ¿Cuáles fueron las sensaciones que se te vienen a la cabeza cuando pensas en esa fatídica jornada? Las palabras Vox Populi, el Nunca Más, Memoria y Justicia. Creo que el día en que unifiquemos esas 3 palabras, y lo que representan, yo creo que la gente que ha estado muy directamente involucrada, va a tener una especie de bálsamo. Yo creo que la gran herida esa nunca va a cerrar, pero si que por lo menos, mucha gente que necesita, va a ver que se haga un poco de justicia, o mejor dicho: que se haga justicia total y no un poco.
Alas tienen aquellas cosas que vuelan y decir diez es un número ó símbolo que refleja algo que está bien o es importante, por ejemplo los grandes jugadores de fútbol tiene la diez en la espalda o en una prueba o parcial es el máximo resultado posible.

David Viñas nació en Buenos Aires, en la esquina de Talcahuano y Corrientes, en 1929. Estudió con los curas y con los militares. Fue fundador y codirector de la revista Contorno, de gran influencia en medios universitarios e intelectuales. Por su novela Un Dios cotidiano recibió, en 1957, el Premio Gerchunoff. En 1963 recibió su doctorado de la Universidad de Rosario, con la tesis La crisis de la ciudad liberal. Ya un año antes, su novela "Dar la Cara" había recibido el Premio Nacional de Literatura, premio que volvió a recibir en 1971 por su libro Jauría. En 1972, Lisandro recibió el Premio Nacional de Teatro, y un año después Tupac-amaru el Premio Nacional de la Crítica. Según Ricardo Piglia, "uno de los ejes de la obra de Viñas es la indagación sobre las formas de la violencia oligárquica...sobre todo la dominación oligárquica, la persistencia de esa dominación y sus múltiples manifestaciones en distintos planos de la historia nacional". Algunos ejemplos de esa temática son su Los dueños de la tierra (1958), Cuerpo a Cuerpo (1979) e Indios, ejército y frontera (1982). Entre 1973 y 1983 dio clases de literatura en California, Berlín y Dinamarca. Desde 1984 reside en Buenos Aires, donde es titular de la Cátedra de Literatura argentina de la Facultad de Filosofía y Letras (Universidad de Buenos Aires). En 1991, en una decisión que alborotó al "mundillo" cultural, David Viñas recibió y rechazó la Beca Guggenheim. "Un homenaje a mis hijos. Me costó vinticincomil dólares. Punto", diría Viñas más tarde. Sus hijos María Adelaida y Lorenzo Ismael fueron secuestrados y "desaparecidos" por la dictadura militar en los años '70.

