CONTRADICCIONES QUE HACEN MOVER
Casa
de papel es una obra que sale a escena los domingos a las 20:30hs en el Método Kairós
teatro, El Salvador 4530, la misma trata de Dos
hermanos y una novia: tres cuerpos que dirimen sus deseos en un sillón que
condensa lo limites de una casa. Su directora, Genoveva Claria, dialogó
con Baldosas Flojas de cómo surgió la idea, porque uno quiere lo que tiene el
otro, la tecnología y de los sueños
aniquilados que sirven para seguir.
Dos
hermanos, después de años sin verse, se encuentran en la casa de la infancia en
Laboulaye, al sur de la provincia de Córdoba. Ahora tienen treinta y
pico, pero en la casa parece no haber pasado el tiempo... salvo por algunos
detalles: ¿habrá lugar para terceros?. Hay
un sillón de dos cuerpos, dos hermanos, una novia, y los celos imposibles.
En la obra Casa de papel, que sale
a escena los domingos a las 20:30hs en Método Kairós, El Salvador 4530, nos instala en un espacio limitado, incómodo,
donde los personajes disputarán la posibilidad de cumplir sus sueños,
arrastrados y borroneados por el tiempo. Aparecerán los recuerdos, los
miedos, los reclamos y los imposibles celos teñidos de música de cuarteto
que refresca el ambiente y engaña los sentidos. Su directora, Genoveva Claria, dialogó con Baldosas Flojas sobre para que sirven las contradicciones,
la recuperación del tiempo perdido y lo que puede generar el teatro.
¿Cómo surgió Casa de papel?
Casa de papel es la resultante de un proceso dramatúrgico y actoral. Se
juntaron mis textos sueltos con la necesidad de pasarlos por un cuerpo, un
actor. Mientras yo avanzaba la escritura, algo le faltaba entonces decidí
llamar a actores para probarlos, investigar juntos. Sin pensar en una obra y
menos en un estreno. Primero fue un actor con el que trabajamos luego fueron dos, y luego
llamamos al tercero.
Sin ese proceso de cocinar juntos la mezcla, hubiera sido imposible esta
historia.
¿Las contradicciones sirve para seguir pensando o
debatiendo una idea?
“Mi vida gira en contradicción , jamás conquisté mi corazón” dice un tema de Fito no...?
Creo que a mí también me mueve la contradicción sino no me siento a escribir. Aunque
otras veces la contradicción es paralizante.
Con esta obra lo que intento es movilizar ”girar la contradicción”.
Quizá es una manera de hacerme cargo de alguna de las miles de encrucijadas que me dan vueltas. El Teatro
permite jugar con lo de uno y con lo del otro que está ahí sentado con lo suyo a cuestas.
Después de la función algunas personas me dicen que durante la obra
piensan en sus recuerdos y vínculos personales. Me alegra que ayude a meterse
con uno mismo por un rato y si después hay debate: ¿Qué más puedo pedir?!
¿Es inevitable que uno quiera lo que tiene el otro?
Ejemmmm, y sí siempre pensamos que el otro la pasa mejor que uno, no?
La obra plantea un tironeo entre deseos, pero un poco más denso que desde el
“tener”, pero sí dispara alguna línea sobre las relaciones posesivas... eso me
lo dijeron hace poco, gente que vio la obra
y yo no lo había observado.
Lo que sí se plantea en esta historia es que en la vida hay que
decidir, y que en toda decisión algo se pierde, inevitablemente.
¿Cómo se puede hacer para recuperar el tiempo perdido?
El tiempo perdido tiene olor a inevitable también. Pero depende de la
decisión desprejuiciada de darse otra oportunidad . En el fondo todo es también una decisión. Una definición interna,
íntima, como lo es también la consecuencia de no hacer nada, que es mucho peor
que le tiempo perdido.
¿Se piensa en el público a la hora de la puesta en
escena? ¿Se puede cambiar algo de la obra de acuerdo a la reacción del
espectador?
Hay un momento del proceso en el que uno imagina un interlocutor. Por
lo general en la escritura me pasa que me gusta incomodar, jugar con los
híbridos, la ambigüedad para mí es atrapante. Pero al trabajar esas líneas que
van más con el claro oscuro, los indicios , lo sugerido, puede pasar que espectador
se pierda o quede afuera. En este
sentido con la supervisión dramatúrgica me enfoqué en esto: que más allá de que
no decimos explícitamente mucho, el público tiene elementos para engancharse
y leer lo “no dicho”. Es lo más
arriesgado de esta historia tanto desde el texto, lo actoral y también para el
público.
¿Adónde y
para quién les gustaría mostrar la obra?
Hasta ahora pasamos por una gama variada de públicos, y siempre pasan
cosas distintas. Cada función es un mundo, una sorpresa que no tiene que ver
con nada de lo que imaginamos, siempre es más.
En parte esta obra habla de mi tierra, de Córdoba ; hay varios del
grupo auto exiliados de ahí y nos daba mucho
respeto y vértigo la idea de hacerla en Córdoba capital. Venimos de pasar la
prueba de fuego hace unos días y la obra fue recibida con mucha apertura, mucha
flexibilidad e interesantes devoluciones.
Queremos mostrarla en todos lados, en los pueblitos y ciudades más
variadas, el público es el termómetro, es nuestra intriga. La obra ya está
andado, ahora necesitamos saber de ellos, qué le pasa a la gente con esto que
hacemos.
¿En que
beneficia y perjudica la tecnología para arte?
En general a mi me parece que beneficia, en algún momento estuvo esa
preocupación de que perjudique, pero simplemente fue un cambio de paradigma.
Creo que con el paso del tiempo ocurre una integración, donde se incorpora una
cosa a la otra.
¿Los sueños
aniquilados son la fuerza para seguir?
Absolutamente, creo en eso como un mandamiento. El dolor siempre se
explica, siempre tiene su motivo de ser, siempre sirve. La obra habla de un duelo, pero también de
resurgir a pesar del dolor, avanzar. Se puede volver a hablar a pesar del
silencio, se puede volver a encontrar, a pesar de haberse perdido. Pueden
renacer flores si las plantás de nuevo, después del fuego vendrá el agua y
siempre que llovió paró.
Cree que a
través de una obra de teatro se puede generar o mostrar otra forma de vida
Hace poco escuché a alguien decir que “la literatura es una forma de
vida” y yo te digo entonces que “el teatro es una forma de vida”, también. Es
un poco así creo, los que hacemos teatro tenemos una forma de observar, por
ejemplo lo que ocurre a nuestra
alrededor pueden ser “escenas”, o son imágenes o son materiales posibles de
transfiguración. Les pasa a los actores, les pasa a los directores, escritores.
Mezclamos un poco todo lo de la vida con lo que hacemos, supongo que esto le pasará
también a que se dedica a cualquier oficio, está todo revuelto y se borronean
los límites.
En el hacer del teatro también se aprende a ser solidarios, dependes de
la energía del otro; siempre se trabaja
en lo colectivo, no hay logros individuales y eso también enseña para la vida que hay otros, que solo no sos
nada.
También el teatro funciona muchas veces como espejo y como un encuentro
del ser con el otro: Puede servir para mirarse, mirar al otro y aceptarlo.
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