lunes, 2 de marzo de 2015

LITERATURA: KAILÉN EN LA SENDA DEL ALBATROS DE OSCAR FORTUNA

ESCUCHANDO A LOS PERSONAJES


Oscar Fortuna es escritor oriundo de la provincia de Santa fe y el año pasado edito su novela Kailén en la senda del albatros, en charla con Baldosas Flojas nos cuenta sobre cómo se acerco a la literatura, que libro lo marco, la dificultades del mundo y sus inspiraciones.



Galaia es una tierra extensa marcada por cientos de caminos. Kailén, el jardinero de la Matriarca, la recorre mentalmente en la Biblioteca de la Isla del Sol, hasta que su ritual de paso a la adultez lo lleva a la senda tan anhelada. Sin embargo, lo que debía ser un viaje breve se convierte en la aventura más peligrosa de su vida. Tejiendo relatos y amistades, Kailén descubre que su mundo no es tan simple como imaginaba. En su andar comienzan a elevarse extraños rumores de guerra, en el norte una sombra se yergue y corroe a Galaia... y el protagonista enfrentará a su peor enemigo para que la vida triunfe: él mismo.
En un mundo rebosante de mitos y de intrigas, Kailén deberá decidir si el poder de su voluntad y de la armonía que alimenta las raíces de su tierra prevalecen sobre una inquisitiva y peligrosa magia.
Esta historia es la que se cuenta en el libro Kailen en la senda del albatros, su escritor Oscar Fortuna dialogó con Baldosas Flojas, de que se trata la novela, cómo se acercó a la literatura, cuánto hay de biografía en su escritura y lo difícil que puede ser el mundo que cada uno vive.
¿Cómo te acercaste a la literatura?
Desde chico me gustó leer, mi papá solía llevarme revistas como Anteojito o Billiken, pero rápidamente me interesaron más las revistas de Interés general como la Muy Interesante, Conozca más o Mecánica Popular. De ahí a dar mis paseos en bicicleta por la Biblioteca Popular del pueblo fue un paso. Siempre encontré un refugio en las bibliotecas, y aún cuando me hago un tiempo me gusta ir a la de mi barrio.
¿Qué libro te marcó para dedicarte a escribir?
No hubo uno solo: Ficciones, de Jorge Luis Borges me dio el primer impulso. Su prosa me sigue pareciendo exquisita, perfecta. Luego Ray Bradbury, con sus cuentos y sobre todo con su novela Farenheit 451 me sumaron más entusiasmo. Pero quien me abrió definitivamente el camino a la escritura fue J.R.R. Tolkien con El señor de los anillos. Su épica fantástica me dio una forma maravillosa de encarar las ideas que venía imaginando para por fin ponerlas por escrito.
¿De qué se trata Kailén en la senda del Albatros?
Kailén es un libro de iniciación, un relato de viaje iniciático. Kailén es un chico de unos 13 – 14 años que debe viajar solo y volver por su cuenta a su casa. Los aprendizajes y experiencias del viaje conformarán su carácter como adulto, pero antes de iniciar el camino un adulto-guía le entrega una daga, que al avanzar en su viaje descubrirá que tiene poderes, y ese poder atraerá sobre él la atención de un Mago muy particular. Por suerte, también conoce nuevos amigos, que son los que le permiten llegar hasta el final del camino.
A Kailén le encantan las historias, y va escuchando y descubriendo culturas y dioses distintos de los de su tierra: para él son nuevas formas de pensar, de imaginar, de querer y comprender el mundo, y eso lo hace feliz. Pero en paralelo a la belleza del hallazgo de esas historias y personas, también descubre la violencia y el odio que se despliega en lo que comienza como una batalla y termina como una guerra a gran escala expandiéndose por todo el norte de Galaia.
El poder de cuestionamiento del protagonista lo llevan a descubrir las tramas de poder y la violencia que siempre acarrea cuando es contactado por su esencia animal –o tótem-. Kailén pasa por varios rituales en su viaje: el ritual del intercambio de historias, el ritual de la iniciación sexual, el intercambio de dones entre amigos, el rito del encuentro con su esencia animal y el ritual de conección con la diosa-madre, llamado enraizamiento. Así en cada instancia el héroe descubre algo más de sí mismo, y el camino que hace sobre su tierra no es más que una metáfora del camino interior que transita el niño para llegar a ser un adulto.

Si tuvieras que comparar el libro con un jugador de fútbol, una comida, un color, una película, una actriz, un actor, un lugar, etc. ¿Con qué lo harías?
Con un paisaje: la Isla del Sol, en Bolivia. Allí comencé a escribir la historia, impactado por la belleza del lugar y las historias maravillosas que ahí se cuentan. Todo el entorno tiene un encanto que hace parecer al lugar sacado de una historia fantástica. Entre sus sendas que se perdían entre las montañas y valles, y el descanso que ofrecen sus costas encontré el impulso inicial para iniciar la historia.

¿Cuánto de biografía propia hay en el libro?
 En mi caso todo lo que imagino surge de la combinación de lecturas previas y experiencias propias. Por eso mucho de lo que le pasa a Kailén (y al resto de los personajes de la historia) también de alguna forma u otra me pasó a mí. Esto no lo hice intencionalmente, pero a medida que escribía la voz propia del personaje me fue indicando el camino por el que debía llevar el relato. Pasé toda mi adolescencia en Ushuaia, y vivir en ese entorno entre montañas y bosques me permitió instalar un paisaje y un clima personal a la historia. Y como a Kailén, también me gusta mucho viajar y descubrir las historias y relatos de la gente con la que me cruzo en el camino. Finalmente, el entusiasmo propio de la escritura y el estar dispuesto a escuchar a los personajes me permitió una fluidez donde lo propio y lo ajeno se fusionaron en armonía (o al menos, es lo que pretendo que los lectores puedan percibir al leer la historia).
En la novela el protagonista se da cuenta de que la vida no es tan sencilla como le gustaría. ¿Sentís que el mundo es muy complejo, o está armado para que sea así?
Creo que el mundo per se no es complejo. Lo que sí resulta complicado, confuso y enredado es el Ser Humano. La humanidad tiene tantas preguntas sobre sí misma y el mundo que la rodea que complejiza todo a su paso. De nosotros depende cuán complejo queremos que sea el mundo que nos rodea, ya que nosotros como especie determinamos el rumbo de la historia (o al menos, de la historia de la Humanidad). Lamentablemente siento que como especie dejamos mucho que desear: el impulso destructivo de unos pocos humanos que les importa más su ambición que la supervivencia del planeta, más la falta de reacción de la mayoría frente a las injusticias que se cometen a diario, sea hacia nosotros mismos como al resto de los habitantes del planeta, me hacen pensar que la “complejidad” es culpa sólo de nosotros.
¿Cuáles son tus inspiraciones?
Viajar me inspira, siempre. Me gustaría poder viajar más seguido, tener más tiempo para relajarme y desarrollar un montón de historias que dan vueltas por mi cabeza. Leer novelas, poesía y ensayos también me inspiran, incluso la ciencia me inspira. Si uno lee cualquier informe científico sobre física cuántica o las diferentes teorías sobre el origen del universo puede encontrar excelentes relatos de fantasía y ciencia ficción allí que son inspiradores. La música, la pintura, y en general cualquier tipo de arte también me sirven para impulsar nuevas ideas y proyectos literarios.
¿Sos de llevar papel y lápiz para escribir cuando surge una idea, o tenés una hora especial para escribir?
Siempre tengo una agenda a mano en la que anoto lo que se me va ocurriendo. Me encantaría poder tener la disciplina para dedicar aunque sea una hora por día a la escritura, pero la verdad es que soy bastante caótico: he tenido rachas de escribir sin parar durante semanas, y luego pueden pasar meses hasta que vuelvo a retomar la escritura.
¿Cómo se puede hacer para que los jóvenes se acerquen a la literatura?
Creo que uno se acerca a las cosas donde encuentra pasión, o por lo menos sensaciones y afectos buenos. Si cada padre/madre se tomara cinco minutos al día para contarle o leerle una historia a sus hijos, creo que la gran mayoría de esos chicos serán luego grandes lectores. Pero si de la familia no sale el “impulso afectuoso” hacia la lectura, es difícil contagiar ese entusiasmo en la escuela o en cualquier otro medio.
¿Se puede generar consciencia o mostrar otra forma de vida a través de la literatura?
Claro que sí, la ficción todo el tiempo está dando forma a la realidad, y viceversa. Bradbury imaginó a las personas hipnotizadas por sus megapantallas, encerrados en sus casas y sin contacto con el resto del mundo salvo de forma virtual muchos antes antes de que esto ocurriera (lamentablemente). Alan Moore inventó en el cómic V for Vendetta al personaje Anonimous, que hoy está en las pantallas y los medios como un antihéroe muy real.
La literatura siempre es una puerta a otras ideas, otros sueños que corren al margen de lo que los grandes medios nos quieren imponer. Leer siempre te abre la cabeza y te ofrece nuevas perspectivas para pensar al mundo. Un buen libro siempre te ofrecerá herramientas para mejorar como persona si ponés tu voluntad en ello, porque lo que la literatura hace es darte armas para mantener la lucidez: y poder mantenerse lúcido en este mundo cada vez más virtual en lo afectivo y más duro y concreto en lo violento, ya es un montón. Nuestra imaginación siempre estará allí para ofrecernos alternativas para mejorar el mundo, de cada uno de nosotros depende si accionamos para mejorar las cosas o seguir en este derrotero de violencia, exclusión y promesas que nunca se cumplirán.

Podes adquirir Kailén en la senda del albatros enviando un mail a info@editorialimaginante.com.ar y te lo envían a tu domicilio.

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