CURIOSIDAD PARA TRANSMITIR
Lucila Cornejo estudió Administración de Empresas y se desempeñó
durante mucho tiempo en el área de marketing de diferentes compañías, pero desde
chica disfrutó de viajar y escribir, al día de hoy cuenta con infinidad de
diarios de viajes compilados durante años así como una cantidad de cuentos y
relatos cortos de su autoría. Ahora editó su primera novela que se llama
Descalza, en charla con Baldosas Flojas nos contó sobre el libro, como se
acercó a la literatura, en que se inspira a la hora de escribir y si se aprende
a escribir o es algo nato.
Una historia de amor y
apariencias, ¿Se puede dejar de hacer (y ser) lo que se debe. Esa pregunta y
cuestiones es lo que trata la primera novela de Lucila Cornejo que se llama
Descalza. En charla con Baldosas Flojas la autora nos cuenta de que se trata,
en que se inspira a la hora de escribir, si la literatura puede generar
consciencia y los libros que la marcaron.
¿Cómo definirías a Descalza?
Como una historia
de amor y de búsqueda.
Si tuvieras que comparar a Descalza con una
comida, un lugar, un color, una comida, una película, una obra, un actor, etc.
¿Con qué lo harías?
Si fuera una
bebida (no una comida) sin dudas sería un té de jazmín, un lugar: alguno que
esté al lado del río o del mar, una película: Amelie, una obra: cualquiera de
Gustav Klimt....
¿Por qué y cómo te acercaste a la literatura?
Llegué un día de
marzo del 2008 por casualidad, al taller literario de Ana Guillot, quien luego
se convirtió en mi gran maestra. A partir de ahí nunca dejé de escribir.
¿En qué te inspiras a la hora de escribir?
En historias
reales y escenas de la vida misma. Todo lo que escribo tiene una base real, que
pudo haber surgido de una charla con amigas o de una conversación
"robada" en la calle o en un bar. Las posibilidades son infinitas y
lo que hace que una frase resuene por encima de las otras es un gran misterio.
¿Qué libro te marco y fue parte de tu profesión?
La identidad, de
Kundera.
¿Crees que a través de la literatura se puede
generar consciencia o mostrar otra forma de vida?
Sin duda. Y no
solo generar consciencia, también despertar inquietudes, preguntas y cuestionamientos.
Por otro lado si a uno le resuena lo que lee, eso queda en la mente y en el
corazón como una semilla que, no tengas duda, germinará en el momento correcto.
¿Sos de llevar un lápiz y un papel por si llegas
a tener una idea o las retenes en la retina para cuando llega la hora de
escribir?
Siempre tengo la
intención de anotar las ideas que van surgiendo pero por una cosa o por otra
nunca lo hago. De todas formas, las cosas que me llaman la atención las retengo
siempre. Tengo muy buena memoria.
¿Cómo hay que hacer para que los jóvenes se
acerquen a la literatura?
Con propuestas
inteligentes, que conserven el formato que ellos necesitan pero que incluyan
contenidos de calidad. Estoy segura de que una buena historia, ágil, dinámica y
con un mensaje interesante no pasaría jamás desapercibida. La literatura es y
será siempre fascinante, no hay instrumento electrónico que pueda combatirla.
Mi hijo de 10 años acaba de terminar una versión para chicos de La Odisea.
Literalmente se la devoró.
¿Qué escritores nuevos te sorprendieron?
Herman Koch (La
cena, Casa de verano con piscina) y dos mujeres argentinas, Selva Ahumada
(Ladrilleros) y Natalia Moret (Un publicista en apuros).
¿Se puede aprender a escribir o es algo
nato que viene con uno?
A escribir se
aprende (de hecho escribir bien es algo que requiere de muchísimo aprendizaje)
Lo que es innato son los motivos que a uno lo llevan a escribir: La curiosidad,
la necesidad de transmitir historias, la memoria, la capacidad de registro de
situaciones y la observación permanente de la vida.
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